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martes, 27 de septiembre de 2011

DÍA 5 - DEL INTENTO DE CONCILIACIÓN AL INDULTO


 De dulce de leche: primeras incursiones en el mundo galletil
Os estaréis preguntando a estas alturas del diario ¿qué hace una galleta escribiendo?  o, formulado de otra forma, ¿por qué la misma galleta no ha concluido su dulce existencia y por el contrario sobrevive a sus congéneres…?

Hoy me dispongo a esclarecer vuestra razonable curiosidad.

 ¡Llegó a hacer la versión  galleta de todos sus conocidos!
La madre de la familia en cuyo seno habito ( perdonad mi arrogancia, pero, creedme, la razón me asiste ) llevaba más de dos décadas trabajando como administrativa en una compañía aérea. Como madre  intentó conciliar su profesión, ejecutada hasta la fecha de forma impecable, con sus labores de educadora, cocinera, enfermera, consejera, gestora a tiempo parcial, etc de los suyos, y así lo logró durante  bastante tiempo. Pero la dicha de esta conciliación al cabo del tiempo se vería drásticamente frustrada: un nuevo jefe sin escrúpulos no supo entender que en España se lucha para que el ser-humano-mujer logre dicha conciliación. La, hasta ese momento, feliz vida laboral de la madre se trocó en penosa existencia en el trabajo encontrándose avocada a renunciar a su puesto, en aras de la salud, felicidad y equilibrio tanto de ella misma como de su núcleo familiar.

Galleta personalizada
Una vez tomada la decisión y quizá en una mezcla de enajenación mental transitoria y al mismo tiempo auto-terapia, estuvo, horas, días, semanas, meses elaborando galletas . Hacerlas obraba en la otrora administrativa aeroportuaria una suerte de alivio o cura moral, que junto con el apoyo incondicional de familia y amigos operó finalmente su curación y cicatrizó las heridas ocasionadas por su traumática marcha .

Primer plano de servidor
Es en este momento en el que entro yo en escena. La madre creó en un primer momento galletas ( no quiero ofender a ninguna hermana, conste ) llamémoslas, simplonas. Sabrosas, pero simplonas: de jengibre, de mantequilla, cookies americanas con pepitas de chocolate, con canela, para mojar en Vin Santo italiano… pero, en fín, sin personalidad alguna. Hasta que surgí yo de entre la masa: figurilla humana ( a mi esbelta figura gustan de llamar “hombre de jengibre” o gingerman), cara simpaticona, corto de vista, aire despistado… Tal satisfacción produje en la nueva y emergente madre que decidió que nadie me comiera, ¡yo iba a ser el símbolo de su resurgimiento, una especie de ave fénix de los tiempos modernos, en los que crisis económicas, injusticias sociales y jefes execrables no son suficientes para aplastar el coraje y las ganas de crecer, evolucionar y mejorar en lo que se pueda!
Por ello, y en calidad de galleta indultada, y a sabiendas de mi legendaria facilidad comunicativa, me erigí en cronista del cajón, testigo de la realidad galletera de mi era.

Servidor posando

DÍA 4 - TERROR EN EL HORNO

Homenaje a Munch
Esta noche me he despertado sudando mantequilla. Todavía tengo pesadillas, a pesar de la terapia a la que he asistido durante meses, sigo rememorando una y otra vez el espanto como si fuera ayer…

Sucedió la pasada primavera. La madre de la familia cometió el error, casi diría la estupidez, de dejar a una de sus adolescentes hijas al cuidado del horno, debiendo tan solo apagarlo en el momento preciso y sacar a las hermanas a enfriarse un rato en la bandeja, y después en la fresca y aireada rejilla.  Pues bien, como os he dicho, adolescente ella, 16 años, creo que se llama Sonia, entre llamadas de teléfono, chateos en el ordenador y mirarse al espejo, olvidó su misión….

Cuando la madre llegó, supo que algo funesto había tenido lugar en su cocina, su horno. El humo y el olor a azúcar quemado, fueron suficientes para comprender en el acto lo que allí estaba sucediendo.
Con gran apresuramiento y a riesgo de abrasarse las manos, sacó a las hermanas del horno, pero ya era tarde, en mayor o menor grado todas estaban quemadas.

Terror en el horno
Sólo el que ha estado presente ante uno de estos desdichados momentos en la vida de las galletas sabe a lo que me refiero cuando digo que el pesar de todos los del cajón, fue uno solo: galletas, magdalenas, cereales, panecillos, contuvieron la respiración consternados y a la espera de saber de alguna galleta superviviente… Pero nuestras esperanzas fueron infructuosas: todas estaban achicharradas.

Desolación, zozobra...
Fueron momentos de dolor y consternación galletil; la zozobra de la madre era auténtica y se despidió de ellas concibiendo un homenaje póstumo. Dado que estas galletas jamás podrían acabar en el paladar de nadie, nuestra mentora les inmortalizó tomando algunas fotografías de sus últimos momentos para que nadie en la casa olvidara la desdicha producida por la negligencia.




DÍA 3 - ESOS PEQUEÑOS HUMANOS

Un nuevo humano ha entrado en nuestras vidas.

Estamos todas temblando. Hasta ahora lo veíamos en brazos de su madre, cada vez que habría el cajón. Era regordete,
Seleccionando sus "víctimas"
tierno, apacible…pero esta mañana, así, de golpe y mucho antes de lo habitual, el cajón se ha abierto con gran estruendo. Su manita ha abierto todas las cajas, latas y paquetes que encontraba con gran rapidez. Todo se lo metía a la boca e igual de rápido lo escupía y tiraba a un lado. Las pobres magdalenas han tenido un triste final. Desmigajadas en mil pedazos han acabado esparcidas entre el suelo y cada rendija de la cocina.
El pequeño humano en acción


Cuando hemos visto que ese, ¿cómo llamarlo? ¿tentáculo carnoso? ¿bracito ejecutor?,  se aproximaba enérgica y decididamente hacia nosotras nos hemos puesto a temblar. Nos hubiésemos abrazado de haber sido humanas. La primera hermana que ha cogido ha sido un alegre osito de mantequilla con un lacito rojo al cuello. El pobre se ha despedido justo al entrar en su boca babosa, temiéndose ser arrojada contra el suelo como el resto. Pero, para gran regocijo de todas nosotras, las galletas
Disponiéndose a atacar de nuevo
artesanales, el pequeño humano ha comenzado a gorgojear, y entre grititos y risas se ha zampado al hermano osito en un abrir y cerrar de ojos. Tras el osito han desaparecido rápidamente en su manita y en su babeante boca un pato con calcetines y chistera, un hombrecillo de jengibre con las piernas de chocolate y una gran sonrisa y… cuando por fin!,
iba a ser yo la elegida, cuando ya estaba en su manita, deseando ser engullida con el mismo placer que lo habían sido mis hermanas…su madre me ha arrebatado de sus manos y con un “¡ni una más, que al final te vas a poner malito!”, me ha devuelto a la caja de lata y ha cerrado el cajón con fuerza. Tras esto hemos sentido un fuerte forcejeo. Parece ser que el pequeño humano se resistía y quería volver a deleitarse con nuestro exquisito gusto y textura, pero esa madre…nuestra mentora, guardia y custodia se lo ha impedido.
Único final temido por una galleta

Ahora somos un poco más felices, esperando a que nuestro pequeño nuevo humano consiga burlar la vigilancia del cajón.




DÍA 2 - EL ORIGEN: UN POCO DE HISTORIA

Lady Shortbread

Al igual que otras especies, vivas o inertes, existen variopintos tipos de galletas. Por supuesto he de descartar sin mayor dilación a las pobres hermanas industriales, su penosa existencia, tanto en su producción, como empaquetado, distribución....etc. No cuentan con mayores alegrías que el último instante en que respiran fuera de su caja, para, la mayoría de las veces, ser ahogadas en un vaso de leche... Su composisición no es más divertida: ingredientes industriales, nocivas grasas hidrogenadas, potenciadores de sabor, colorantes, conservantes con nombres robóticos ( como E-216 ). Aunque quisiera, poco más podría decir de ellas ya que yo provengo de otra estirpe: la galleta artesana. Generaciones de galletas antes que yo han gozado de reputación, interesantes vidas e inolvidables sabores.

Gallemothep IV
No es mi propósito en este blog remontarme a la época de mi primer antepasado conocido, ni detallar minuciosamente mi antiquísimo árbol genealógico galletil; baste con una brevísima reseña de algunos de mis ancestros más notables:


- Gallemothep IV ( Egipto;  392 a.d.c.), ingredientes que, como la miel y los pistachos eran obligados en su composición,  a lo largo de los siglos la galleta árabe ha seguido conservando como rasgos esenciales.
Elvis Cookie
- Lady Shortbread (Escocia, siglo XVIII), perteneciente a la rama de la familia de la galleta artesana que tradicionalmente más se ha asociado a la mantequilla.
- Elvis Cookie ( siglo XX, década de los 50), fue una galleta revolucionaria, un cambio para una nueva generación de galletas.









DÍA 1 - ARRANQUE DEL DIARIO

He decidido salir del armario. O mejor dicho dada mi condición física y espiritual, de la lata.
No me resigno a pasar el resto de mis días encerrada aquí con mis decenas de hermanas esperando mi final certero sin intentar al menos mostrar al mundo la riqueza de nuestra efímera y sabrosa vida.

Nuestro propósito: un instante de placer en el paladar
Nacemos con un propósito: agradar unos instantes en un paladar, apenas unos segundos... Que se hable de nosotras post-mortem dependerá en gran medida el tipo de vida que hayamos llevado, nuestra genética, nuestra personalidad, nuestro origen... Ni por un momento penséis en nuestro final como algo dramático; al contrario, lo deseamos ardientemente; por un segundo dejad de pensar como humanos, y empatizad conmigo: ¡sed galletas! y comprenderéis inmediatamente lo que digo.

Mi hogar
Sin embargo, sí nos importa lo que se sienta al masticarnos y especialmente el recuerdo que dejaremos para la posteridad...
Pero no quiero desvelar etapas ( esta es la última precisamente ) y sí comenzar este diario por el principio de todo.