Por aquí hay hoy mucho movimiento. Si fuesen como yo, una galleta con clase por naturaleza, no se andarían con tanto agobio. Que si me rizas la glasa, que estírate bien el fondant, que si me planchas bien la masa de la falda…Yo, tipo impecable donde los haya, siempre estoy a punto con mi corbata sutilmente ladeada (ya sabes, look elegante pero informal), gafas de modernete y, claro está, bien repeinado (ahí reconozco que hicieron un buen trabajo con la manga y no se me mueve ni un pelo). Pero, a lo que íbamos, los protagonistas, esas dos galletas tanto tiempo enamoradas en la lata, por fin se casan. Les ha costado, sí; que si el precio de la lata está por las nubes, que si vamos a esperar a tener estabilidad en la lata de labores, que no están los tiempos para arriesgarse…pero, como tengo comprobado, el amor puede con todo. Así que aquí estamos todas las galletas esperando a lanzar el tradicional azucar glass sobre sus cabezas en cuanto salgan los recién casados. ¡Vivan los novios!.
Una família encantadora. ¡Felicidades!
ResponderEliminarCómo me gusta!!!!!
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